La celebración este mes de noviembre del Día Mundial del Aire Puro es un reclamo de la humanidad ante el persistente deterioro del medio ambiente por contaminación de gases industriales, de vehículos e incendios forestales.
Por eso, el establecimiento de la efeméride en 1977 por la Organización Mundial de la Salud constituye un recordatorio contra la degradación ambiental, muy común en las grandes ciudades industrializadas, y de repercusiones funestas para la vida del hombre y el buen estado de los ecosistemas.
Las muertes en el mundo por enfermedades respiratorias y cardiovasculares se han incrementado en un 10 por ciento por la alta contaminación atmosférica de las grandes ciudades, principalmente en las naciones desarrolladas. Pero la humanidad no puede seguir sufriendo semejante deterioro, que la expone a la desaparición. Los programas ambientales cubanos representan una contribución a los esfuerzos internacionales por propiciar un mundo ambientalmente sano y están a cargo de varias instituciones, como el Centro de contaminación y Química Atmosférica, del Instituto de Meteorología.
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