Cómo cambiar tus creencias (II)
Publicado Por Alberto Blázquez Guzmán en mayo 7, 2013 en
Cambios de mentalidad, Coaching |
En el artículo anterior, expliqué qué es una creencia y de
qué manera afectan a nuestra vida. Una vez hecho esto seguimos con la serie
cómo cambiar tus creencias, dando lugar a la explicación de cómo están formadas,
ya que desgranando su proceso de construcción sabremos en el futuro cómo
sustituirlas por otras.
Mencioné que, En el artículo anterior, expliqué qué es
una creencia y de qué manera afectan a nuestra vida. Una vez hecho esto
seguimos con la serie cómo cambiar tus creencias, dando lugar a la explicación
de cómo están formadas, ya que desgranando su proceso de construcción sabremos
en el futuro cómo sustituirlas por otras.
Mencioné que, una creencia es
un sentimiento de certeza sobre algo. Si te paras a pensar alguna creencia
limitadora que podría tener una persona, nos podríamos encontrar con alguien
que piensa que es introvertido. Lo que realmente nos está diciendo es que tiene
un sentimiento de certeza sobre su introversión, de forma que al tener
una predisposición automática hacia la introversión, pone todos sus recursos a
favor para que den como resultado una persona introvertida.
En sí el concepto de introversión sin algo que lo sustente, no es
nada, tan solo una idea, un pensamiento. Cuando alguien afirma que es
introvertido, no está diciendo únicamente eso. Lo que está ocurriendo es que
tiene una lista de razones que sustentan su introversión. Para entenderlo
mejor, podríamos imaginar una mesa que se llamase introvertido, la parte dónde
apoyamos las cosas, ¿Pero, verdad que para decir que realmente es una mesa,
necesitamos de las patas que la sustenten?
Así, nos encontraríamos con lo
siguiente:
Parte plana de la mesa:
Introvertido.
Primera pata:
Mis padres desde pequeño
dijeron que yo era introvertido.
Segunda pata:
Nunca he tenido muchos amigos.
Tercera pata:
Cuando me comparé con mis
compañeros de clase era más introvertido que la media.
Cuarta pata:
Personas desconocidas dijeron que
era muy tímido.
Y podríamos añadir tantas patas
cómo fuesen necesarias para dar la sensación de certeza al concepto de introversión
y así hacerlo nuestro. Pero, muy seguramente, nuestro amigo habrá actuado en
automatismo sin ser consciente y arrastrado
por algunas experiencias que le ocurrieron en determinado momento.
Observando esto, caemos en la
cuenta de que podemos crear las creencias que queramos si encontramos las
suficientes patas que la soporten. Muchas veces vienen dadas por nuestro entorno,
amigos, trabajo, familiares. También sin quererlo llevamos encima nuestra,
creencias que pertenecen a nuestros padres que adoptamos desde muy
jóvenes. Otras, sin embargo, vienen dadas por nuestras experiencias vitales,
dónde tuvimos una situación con gran emocionalidad y le asignamos una
interpretación, dejando huella en cada uno de nosotros. Incluso muchas de
nuestras creencias las obtenemos por la lectura, ciertas películas,
información, audios, que nos calaron muy hondo.
Ahora que conoces cómo se forma
una creencia y con la información del artículo siguiente, tendrás las
herramientas necesarias, para hacer y deshacer a tu antojo. Y, sustituir viejas
creencias
limitantes por otra potenciadoras que van a lograr impulsarte en tu
desarrollo como persona.
En el artículo anterior, explicamos de
qué forma están formadas las creencias. De manera que, una vez entendido esto
podemos ponernos manos a la obra para cambiar de una vez por todas esas
creencias que nos están limitando.
Para sustituirlas necesitamos
asociar el suficiente dolor a la creencia actual y llenar de placer a la
creencia que queremos tener (explico esto con más detalle en el artículo: La dos
grandes fuerzas que mueven nuestra vida) , puesto que si tenemos una
creencia sobre algo en concreto, ocurre porque tiene la suficiente intensidad
emocional para que queramos mantenerla, pero si nos proponemos llevar a cabo lo
dicho podemos sentirnos empujados a sustituirla.
También por otra parte, como
comenté, están compuestas por patas que las sostienen. Pero, cuando
tenemos una creencia – por lo general -, no solemos hacernos preguntas ni dudar
de ella. Yo te invito a que empieces a cuestionarte esas patas que la sostienen,
como escuché decir: Duda hasta de la duda. Hazte preguntas tales como: ¿Y si
realmente no fuese cierta? ¿Y si estoy demasiado cerrado a otras perspectivas?
¿Cómo cambiaría mi vida si la sustituyese? La cuestión es que te hagas
preguntas que pongan en duda a las patas que mantienen en pie la creencia
actual que quieres cambiar. Tú más que nadie, sabes cuales son los puntos
débiles de esa creencia que tienes.
Teniendo está información, que nos
permite entender aún más, cómo están reforzadas y de qué manera han
conseguido mantenerse en el tiempo. Voy a detallar tres puntos que has de
llevar a cabo, de una manera contundente y con un objetivo muy claro:
Primer paso
Si quieres cambiar tu creencia,
has de empezar a apoyarte y encontrar referencias que avalen aquello en lo que
quieres creer. Si quiero creer en que todo ser humano puede conseguir lo que
quiere si se lo propone. Tendré que empezar a escuchar a expertos en el tema,
estudios científicos que lo justifiquen, leer relatos de personas inspiradoras
que han conseguido sus sueños, me rodearé de gente que han cambiado sus vidas y
hablaré del tema con estas personas para reforzar la creencia que quiero tener,
¿me explico? He de poner todo lo que esté en mi mano y que de razón a la
creencia que quiero implementar.
Segundo paso
Has de empezar a centrar tu
atención en aquellas situaciones, eventos y experiencias de tu vida que
simpaticen con tu nueva creencia. Y entonces, hacerte preguntas que quiten
valor a la creencia que quieres sustituir. ¿Conseguiste mejorar en una
habilidad? Regodéate en ello y di a ti mismo: ¿ves cómo es posible? ¿Qué
hubiese pasado si no hubiese creído que era posible? ¿De qué manera me hubiese
limitado la antigua creencia? Encuentra, detecta en tu vida todo pequeño
detalle que apunte en la dirección que te interesa. Vuélvete consciente y no
permitas divagar a tu mente en otras posibilidades que en el pasado no te
ayudaron. Es decir, da con situaciones que justifiquen lo que quieres y hazte
preguntas que te hagan ver lo mucho que hubieses perdido con la creencia
anterior.
Tercer paso
Las experiencias o situaciones que
hayas vivido y refuercen la creencia que quieres tener, has de llenarlas de
relevancia emocional. No únicamente en el momento, sino a través de la
repetición en la mente. Consiguiendo que, esa trayectoria neuronal se vaya
reforzando y cada día te resulte más sencillo acceder a un estado de gran
intensidad con situaciones similares que simpatizan con lo que tú crees. Me
gustaría dejarte un ejercicio mental para llevarlo a cabo, que expliqué en el
artículo: la aplicación de las grandes fuerzas (se encuentra al
final),en el cual se detalla paso a paso cómo realizarlo.
Hasta aquí la serie de artículos
de cómo cambiar tus creencias. Espero y deseo que este artículo te haya sido de
utilidad para empezar a vivir una vida acorde a tu ideal.
Alberto Blazquez Guzman
Coach profesional certificado,
experto en Inteligencia Emocional y Practitioner en PNL. Es el creador y
propietario de ABCoach. Apasionado del crecimiento y un entusiasta del ser
humano, comprometido con el mundo del desarrollo personal y profesional.
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