El cuidado del medio ambiente es una de las responsabilidades primarias de todos los habitantes del mundo. La conmemoración de este día debe ayudar a concientizar sobre la importancia del cuidado del planeta, para nosotros y para las generaciones venideras.
El 27 de septiembre de 1993, en la ciudad de Avellaneda (provincia de Buenos Aires), un escape de gas cianhídrico ocasionó una tragedia. A raíz de este incidente se sancionó en 1995 la Ley 24.605, que declara el 27 de septiembre como“Día Nacional de la Conciencia Ambiental”.
Todos los años, en esta fecha, y en memoria de las personas fallecidas como consecuencia de aquel hecho, se recuerdan en los establecimientos educativos primarios y secundarios los derechos y deberes constitucionales relacionados con el medio ambiente.
Es una manera sencilla pero muy válida de ir formando comunidades más conscientes acerca de la conveniencia de actuar con respeto y compromiso hacia el lugar en el que nos toca vivir, teniendo siempre presente que el daño que le hacemos al medio ambiente (en cualquiera de sus formas) nos lo hacemos a nosotros mismos, a nuestros conciudadanos y, muy especialmente, a quienes más sufrirán la acumulación de nuestros errores, que serán los habitantes futuros de nuestra tierra.
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