El Tao Te Ching es uno de los libros más importantes y enigmáticos del pensamiento oriental
Tao: “camino”, dando la idea de un principio primordial, anterior a toda manifestación, más allá de todo nombre, origen de todo y al cual todo debe retornar. Se trata del camino por excelencia y no de un camino cualquiera.
Te: “manera de adaptarse a”.
Ching (King): “libro sagrado”.
El Taoísmo es esencialmente una doctrina iniciática que implica realizaciones en el orden metafísico, y no místico. El simbolismo tiene mayor importancia que los hechos a los que aluden.
Según la leyenda Lao Tse aparece en este mundo por nacimiento virginal. Su madre lo dio a luz bajo la sombra de un ciruelo, después de haber tragado un huevo en forma de perla. El embarazo duró 72 años (número importante de las creencias chinas antiguas).
Lao Tse nació como “niño viejo”, con el cabello blanco y el rostro surcado de arrugas, y como tenía orejas más grandes que lo normal se le dio el nombre de Li-Ar (orejas de ciruelo); luego tuvo el nombre de Li-Tan (orejas largas), que finalmente fue sustituido por Lao Tsé (el viejo sabio).
La leyenda señala viajes a distintos países de Oriente y posterior regreso a China, ejerciendo el cargo de funcionario en el estado de Chu. Pero un día subió a un carro conducido por un buey azul para alcanzar las fronteras del reino. Allí encontró a Yin-hi, oficial gobernador del paso de Han-ku, hombre virtuoso que escondía su sabiduría. Yin-hi, quien había sido advertido por una premonición de que recibiría la visita de un gran sabio. luego de conversar con Lao Tsé, le suplicó que pusiese por escrito su doctrina.
Así sería el origen del Tao Te Ching, como testamento espiritual dejado por el sabio antes de pasar la frontera del Tibet o de la India.
Un aspecto Yin
Un aspecto Yang
Eso es el Tao
El Yin y el Yang son principios polares complementarios, y solamente el desequilibrio entre ellos determina la falta de armonía.
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Hacer No-Haciendo (Wey Wu Wey)
Esta expresión de no-hacer es muy utilizada en China.
La idea taoísta es la de un retorno a la acción espontánea, natural, como la del viento que mueve las hojas y el arroyo que corre.
La visión abierta del niño, cuya mente aún no está esclavizada por los prejuicios y los hábitos, es comparable a la actividad natural que promueve el taoísmo. El sol no necesita conciencia de dar luz y calor para darlo, el cielo produce lluvia sin la “intención” de beneficiar a la tierra.
Es la “conciencia del YO” lo que se adueña de la acción y la estropea, subordinándola a sus propios fines.
La ley de la tierra es el cielo, y la ley del cielo es el Tao. Actuar de acuerdo al Tao es actuar sin tener en cuenta los deseos particulares o la voluntad propia.
Hacer no haciendo es “nutrirse en el seno de la madre” (del cielo). El Wu-Wey es, por lo tanto, una doctrina de la acción.
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La tradición china marca la existencia histórica de Lao Tsé y dicho libro al siglo VI antes de Cristo, siendo contemporáneo a Kung-Fu-Tzu (Confusio) y el Buda Sakyamuni.
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