El término resiliencia se refiere a la capacidad de los
sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas. Cuando un
sujeto o grupo (animal o humano) es capaz de hacerlo, se dice que tiene una
resiliencia adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido
por éstos. Actualmente la resiliencia es considerada como una forma de
psicología positiva no encuadrándose dentro de la psicología tradicional.
La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la
adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión
significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas
serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras. Significa
"rebotar" de una experiencia difícil, como si uno fuera una bola o un
resorte.
La investigación ha demostrado que la resiliencia es
ordinaria, no extraordinaria. La gente comúnmente demuestra resiliencia. Un
ejemplo es la respuesta de las personas en los Estados Unidos a los ataques
terroristas del 11 de septiembre de 2001 y sus esfuerzos individuales para
reconstruir sus vidas.
Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta
dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son comunes en las
personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. De hecho,
el camino hacia la resiliencia probablemente está lleno de obstáculos que
afectan nuestro estado emocional.
La resiliencia no es una característica que la gente tiene o
no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas
y desarrolladas por cualquier persona.
Algunos factores en la resiliencia
Una combinación de factores contribuye a desarrollar la
resiliencia. Muchos estudios demuestran que uno de los factores más importantes
en la resiliencia es tener relaciones de cariño y apoyo dentro y fuera de la
familia. Relaciones que emanan amor y confianza, que proveen modelos a seguir,
y que ofrecen estímulos y seguridad, contribuyen a afirmar la resiliencia de la
persona.
Otros factores asociados a la resiliencia son:
La capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos
necesarios para llevarlos a cabo.
Una visión positiva de sí mismos, y confianza en sus
fortalezas y habilidades.
Destrezas en la comunicación y en la solución de problemas.
La capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes.
Todos estos son factores que las personas pueden desarrollar
por si mismas.
Diez formas de construir resiliencia
Establezca relaciones—Es importante establecer buenas
relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes en
su vida. Aceptar ayuda y apoyo de personas que lo quieren y escuchan, fortalece
la resiliencia. Algunas personas encuentran que estar activo en grupos de la
comunidad, organizaciones basadas en la fe, y otros grupos locales les proveen
sostén social y les ayudan a tener esperanza. Ayudar a otros que le necesitan
también puede ser de beneficio para usted.
Evite ver las crisis como obstáculos insuperables—Usted no
puede evitar que ocurran eventos que producen mucha tensión, pero si puede
cambiar la manera como los interpreta y reacciona ante ellos. Trate de mirar
más allá del presente y piense que en el futuro las cosas mejorarán. Observe si
hay alguna forma sutil en que se sienta mejor, mientras se enfrenta a las
situaciones difíciles.
Acepte que el cambio es parte de la vida—Es posible que como
resultado de una situación adversa no le sea posible alcanzar ciertas metas.
Aceptar las circunstancias que no puede cambiar le puede ayudar a enfocarse en
las circunstancias que si puede alterar.
Muévase hacia sus metas—Desarrolle algunas metas realistas.
Haga algo regularmente que le permita moverse hacia sus metas, aunque le
parezca que es un logro pequeño. En vez de enfocarse en tareas que parecen que
no puede lograr, pregúntese acerca de las cosas que puede lograr hoy y que le
ayudan a caminar en la dirección hacia la cual quiere ir.
Lleve a cabo acciones decisivas—En situaciones adversas,
actúe de la mejor manera que pueda. Llevar a cabo acciones decisivas es mejor
que ignorar los problemas y las tensiones, y desear que desaparezcan.
Busque oportunidades para descubrirse a sí mismo—Muchas
veces como resultado de su lucha contra la adversidad, las personas pueden
aprender algo sobre sí mismas y sentir que han crecido de alguna forma a nivel personal.
Muchas personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han
expresado tener mejoría en el manejo de sus relaciones personales, un
incremento en la fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la
sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada
y una mayor apreciación de la vida.
Cultive una visión positiva de sí mismo—Desarrollar la
confianza en su capacidad para resolver problemas y confiar en sus instintos,
ayuda a construir la resiliencia.
Mantenga las cosas en perspectiva—Aun cuando se enfrente a
eventos muy dolorosos, trate de considerar la situación que le causa tensión en
un contexto más amplio, y mantenga una perspectiva a largo plazo. Evite
agrandar el evento fuera de su proporción.
Nunca pierda la esperanza—Una visión optimista le permite
esperar que ocurran cosas buenas en su vida. Trate de visualizar lo que quiere
en vez de preocuparse por lo que teme.
Cuide de sí mismo—Preste atención a sus necesidades y
deseos. Interésese en actividades que disfrute y encuentre relajantes.
Ejercítese regularmente. Cuidar de si mismo le ayuda a mantener su mente y
cuerpo listos para enfrentarse a situaciones que requieren resiliencia.
Formas adicionales de fortalecer la resiliencia le podrían
ser de ayuda. Por ejemplo, algunas personas escriben sobre sus pensamientos y
sentimientos más profundos relacionados con la experiencia traumática u otros
eventos estresantes en sus vidas. La meditación y las prácticas espirituales
ayudan a algunas personas a establecer relaciones y restaurar la esperanza.
La clave es identificar actividades que podrían ayudarle a
construir una estrategia personal para desarrollar la resiliencia.
Aprender del pasado
Algunas preguntas que debe hacerse
Enfocarse en las experiencias y en sus fuentes de fortaleza
personal del pasado, le puede ayudar a identificar las estrategias para
desarrollar resiliencia que funcionan para usted. Explore las respuestas a las
siguientes preguntas sobre sí mismo y sus reacciones a los retos en su vida.
Este ejercicio le puede ayudar a descubrir cómo responder efectivamente a
eventos difíciles.
Considere lo siguiente:
¿Qué tipos de eventos le han resultado más difíciles?
¿Cómo le han afectado dichos eventos?
¿Cuándo se encuentra estresado, le ha sido de ayuda pensar
en las personas importantes en su vida?
¿Cuándo se enfrenta a una experiencia difícil, a quién ha
acudido para que le ayude?
¿Qué ha aprendido sobre sí mismo y sus interacciones con los
demás durante momentos difíciles?
¿Le ha ayudado ofrecer apoyo a otras personas que están
pasando por una experiencia similar?
¿Ha podido superar los obstáculos, y si es así, cómo?
¿Qué le ha ayudado a sentirse más esperanzado sobre el
futuro?