Se ha establecido merecidamente desde 1983, que cada 5 de septiembre se celebre el día internacional de la Mujer Originaria. En el segundo encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiwanaku. El principal motivo se dió por la conmemoración de la muerte de Batolina Sisa, mujer originaria Aymara. La importancia de Bartolina Sisa para nosotros es de una mujer que luchó contra la opresión del conquistador, siendo golpeada, flagelada, violada y sentenciada a muerte para finalmente ser descuartizada como símbolo de advertencia muriendo un 5 de septiembre de 1782 por pedir justicia y libertad para su pueblo. En la lucha estuvo junto a su esposo Tupac Katari. También en esta fecha se recuerda la memoria de todas aquellas mujeres que figuran en nuestra historia y de las que anónimamente alzaron la voz en contra de las injusticias y atrocidades cometidas en contra de la dignidad y los derechos de los pueblos originarios.
Muchos dirán que conmemoramos, recordamos, la muerte de miles de mujeres que han muerto a lo largo de la historia. Se trata de mujeres que han dado la vida por un ideal, que han luchado contra la discriminación, los abusos y que aún así, han sabido transmitir su cultura a futuras generaciones. Desgraciadamente todavia nosotras -mujeres originarias- seguimos siendo víctimas de discriminación. esto se debe por ser mujer indígena u originaria, como nos quieran llamar, y también por ser pobres.
Homenaje
Nuestra agrupación Madre Tierra, está conformada quizás más por mujeres. Es por eso que vaya este homenaje también a todas aquellas mujeres que se esfuerzan día a día por superarse, por llevar adelante a sus familias, por ser las portadoras del conocimiento tradicional de sus pueblos, por seguir desarrollando sus facultades de liderazgo que les permitan ejercer plenamente sus derechos colectivos e individuales desde su propia especificidad étnico-cultural y a la vez participar en la vida nacional como portadoras de un valioso legado cultural y social y -finalmente- por sus incansables luchas sobre la reivindicaciones de los derechos fundamentales que nos asisten como pueblo originario.
La sobrevivencia de nuestros pueblos también se debe en gran parte a la lucha anónima y tenaz, como fue la de Micaela Bastidas, esposa de Tupac Amaru, que también encontró la muerte junto a su cuñada Gregoria Apaza, otra gran heroína aymara.
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