El neuromarketing nos está entregando nuevos descubrimientos
en el proceso diario de toma de decisiones de las personas. En este artículo,
James Capon, socio europeo de SalesBrain, plantea la importancia de la
repetición de los mensajes y por qué la frecuencia le importa al cerebro. Por
James Capon
Las investigaciones del mundo de la neurociencia nos indican
que los seres humanos recordamos información más fácilmente cuando ésta nos
llega en grupos de tres. En su obra “El Libro de los Números”, publicado
recientemente, Peter Bentley dedica un capítulo completo al número 3,
recordándonos la extraordinaria cantidad de conceptos cotidianos que toman la forma
de tríadas. Nuestro cerebro simplemente recuerda las cosas de manera más fácil
cuando vienen en grupos de 3.
Durante las últimas Olimpíadas, oímos las palabras de
partida: “Ready, Steady, Go” (“A sus marcas, listos, ¡ya!”); los semáforos van
de rojo a ámbar y, luego, a verde; celebramos con “tres saludos”; decimos: “la
verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad”; aprendemos el “ABC”; comemos
tres comidas al día; pedimos tres deseos o, en un contexto religioso, nos
referimos a la Santísima Trinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
La lista sigue y sigue. Un estudio
publicado por la Asociación Americana de Psicología le ha agregado una nueva
visión al poder del 3.
Por lo general, la gente concluye que una opinión es más
ampliamente compartida cuanto más repetida, aunque sea la misma persona quien
la repita tres veces en un período relativamente corto de tiempo. Esta
repetición es igual a un 90% del poder de influencia que se hubiese obtenido si
tres personas diferentes hubiesen hecho las mismas declaraciones. Para esta
investigación, se realizó una serie de seis experimentos con 177 personas e,
interesantemente, los resultados se mantuvieron aunque los receptores del
mensaje supieran con certeza que las opiniones venían de un solo emisor.
La repetición aumenta el acceso a una opinión, de tal manera
que asumimos en lo interno que ésta es importante.
EL EFECTO DE LA REPETICIÓN
¿Cuál es el origen de este efecto?
Los autores indican que esto tiene que ver con la forma en
que nuestro cerebro recuerda cosas. La repetición simplemente aumenta el acceso
a una opinión, de tal manera que asumimos en lo interno que ésta es importante.
En nuestra vida cotidiana, es muy probable que escuchemos la misma opinión
muchas veces en distintos lugares. Entonces, las juntamos para juzgar el
sentimiento general de un grupo o, cuando una persona repite la opinión,
simplemente aplicamos la misma regla.
Con relación al lado potencialmente preocupante de esta
investigación, Kimberlee Weaver y sus colegas indican que cuando recibimos una
opinión en forma repetida desde una misma fuente u organización (pensando en un
medio o un publicista), lo más probable es que pensemos que representa la opinión general (“no hay humo sin fuego”
dice un proverbio popular); a pesar del hecho de que es bastante usual que la
misma persona continúe repitiéndose a sí misma una y otra vez.
En nuestra calidad de profesionales de marketing y ventas,
podemos utilizar los resultados de esta investigación recordando repetir
nuestros mensajes –nuestra principal aseveración– por lo menos tres veces. Si
nuestra aseveración calza con las necesidades del cliente, lo habremos
influenciado simplemente repitiéndolas. Incluso cuando nos encontramos solos
frente a un grupo de potenciales compradores, los mensajes bien presentados (y
repetidos), aumentarán la accesibilidad a esta información cuando ellos hablen
con otros que no asistieron a la reunión. En este caso, la familiaridad no los llevará
a tener una actitud negativa frente al mensaje; sino que más probablemente los
inducirá a sentirse atraídos por el mismo.
El modelo SalesBrain para obtener clientes y cerrar negocios
apunta a aquella parte del cerebro que decide: el cerebro reptiliano. Es un
órgano primitivo que existe desde hace cientos de millones de años y las
ciencias que lo estudian han revelado que sólo seis estímulos pueden gatillar
la acción. Uno de ellos se relaciona con el intervalo corto de tiempo que dura
la atención del cerebro reptiliano, debido a lo cual no es sorprendente que la
repetición se torne imperativa. Si logramos que nuestro mensaje sea bien
recibido y lo repetimos por lo menos tres veces, nuestros clientes actuarán
como si se hubiesen tragado el anzuelo .
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