El 23 de marzo se celebra el Día Mundial de la Rehabilitación Motriz. Esta fecha tiene por objetivo resaltar la necesidad y el derecho que tienen las personas con discapacidad de poder acceder a tecnologías eficaces, diagnóstico y debido tratamiento, sin distinción de raza, religión, ideología política o estatus social.
Además, en este día tan importante, ALPI aprovecha la oportunidad para felicitar y honrar el inmenso esfuerzo que hacen todos los pacientes y familiares para salir adelante y sobrepasar las distintas dificultades que se les presentan durante el largo proceso de Rehabilitación.
El 23 de marzo de 1947
Breve historia de los rollos del mar muerto Por Arturo Campillo Salcedo, LCBFR Independientemente de la postura que los especialistas han tomado, todos concuerdan en que el descubrimiento de los rollos del Mar Muerto ha aportado, cuando menos, una nueva comprensión de la Biblia, y un mayor conocimiento sobre el período inter-testamentario. EL DESCUBRIMIENTO El 23 de marzo de 1947, cuando Palestina y Jordania se encontraban aún bajo el mandato británico, un pastor beduino de la tribu de los Taamiré de nombre Mohamed adh-Dhib (“Mohamed el Lobo”), arreaba algunas cabras en algún lugar al noroeste del Mar Muerto, entre las laderas de los riscos de Khirbet Qumrân y la costa oriental. De pronto, una de sus pequeñas cabras se separó corriendo lejos del grupo. Durante su persecución, el pastor encontró una excavación al borde de una pronunciada colina rocosa. Suponiendo que su cabra se había metido en aquella cueva, arrojó una piedra para espantarla, y hacer que saliera. Sin embargo, al escuchar el ruido de una vasija que se rompía, huyó asustado. Inmediatamente, le platicó de su aventura a un amigo. Éste le convenció a volver a la cueva para explorarla, con la esperanza de encontrar algo de valor. En lugar de eso, hallaron entre ocho y diez grandes vasijas de barro polvorientas, rodeadas de restos de otras vasijas. Cuando quitaron las tapas, “parecidas a cuencos”, notaron en su interior tres bultos, de forma alargada, envueltos en tiras de lino podrido y recubiertos por una capa negra semejante al alquitrán. Al abrir estos bultos, vieron que se trataba de unos rollos de cuero unidos por costuras, con trazos escritos a mano en columnas paralelas. Sin embargo, no reconocieron el tipo de escritura que tenían ante sus ojos. Frustrados por no haber encontrado algo valioso para sus expectativas, guardaron los deteriorados manuscritos en sus morrales. Al parecer, tres manuscritos fueron removidos en esa primera ocasión.
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