Lecciones en el liderazgo están por todos lados para los que
saben cómo reconocerlas. He observado unos motivos poderosos de los árboles que
me rodean para guiar a un equipo al éxito. Hace unos años, una región del
sureste de los E.U.A., incluyendo la ciudad de Atlanta en donde radico, sufrió
un invierno más difícil de lo normal. Después de varios centímetros de nieve
húmeda y pesada que habían caído, los árboles de pino me hicieron una buena
parábola de la necesidad de tener trabajo en equipo.
Allí, junto a la carretera, vi que donde estaban los pinos
nuevos pero grandes, aunque sus ramas estuvieron dobladas con la nieve, los
troncos y ramas estaban recostándose unos sobre los otros, lo cual les proveía
el soporte que necesitaban. Cuando se derritió la nieve, los árboles que tenían
el apoyo de otros árboles cercanos reasumieron su forma natural. Sin embargo,
donde estaban árboles solitarios, el peso de la nieve tuvo otro efecto. Las
ramas se doblaron hasta romperse. De vez en cuando, aún el tronco se quebró. De
otra manera lo que hubiera sido un árbol saludable, fue tirado al suelo.
En la costa del oeste, donde vivía antes, otro tipo de árbol
me proveía una lección profunda. Los árboles gigantes de “redwood” solo logran
su gran tamaño dentro de bosques de redwood. El sistema de raíces de estos
grandes árboles no se mete muy profundo, relativamente. Plantado solo, es común
que se caigan con vientos fuertes. Pero, dentro de un bosque de redwood, sus
raíces se enredan de tal manera, uno con el próximo, que pueden enfrentar
vientos de huracanes sin caer.
Líderes solitarios fallarán estando a solas. El modelo de
colaboración en el liderazgo cuesta mas trabajo, pero da resultados más
grandes. Requiere más tiempo, pero provee la posibilidad de un éxito más
grande. El dicho, “Ninguno es tan listo como todos”, es probado cuando el
fracaso de un líder es el resultado directo de no consultar a otros en su
equipo.
Planificar juntos. Esto permite que compartas la victoria
con tu equipo, y permite que el equipo esté involucrado contigo al enfrentarse
contra la derrota posible.
Preparar juntos. Recibiendo consejo de los miembros del
equipo no sólo mejora las probabilidades de ganar, también prepara a los demás
para el liderazgo. Cuando los líderes y líderes en potencia trabajan unidos,
aprenden los unos de los otros nuevas maneras de procesar información y
planificar estratégicamente.
Celebrar juntos. Nunca pase por alto una oportunidad de
celebrar. Uno de los errores comunes que observo en los líderes alrededor del
país es que cuando por fin logran una meta digna, inmediatamente fijan otras
metas sin tomar el tiempo necesario para celebrar la victoria lograda.
¡Celébrala! No para tu beneficio, sino para el beneficio de todos los demás
quienes invirtieron tanto para convertirla en una realidad. Y si no siempre
alcanzan la victoria, ¡celebra el hecho de que pudiese haber salido peor!
Analizarlo juntos. Después de cada victoria o derrota,
programa una reunión breve para recibir de cada participante su opinión de lo
sucedido – y cómo hubiera sido mejor. Entenderás la situación de varios puntos
de vista, y percibirás cuáles miembros de tu equipo están mejorando su
habilidad de tratar con la victoria y la derrota.
Cuando aplicas la lección de los árboles, ¡saldrás ileso de
las tormentas de la vida!
Extracto del libro “Liderazgo Excitante”
Por John C. Maxwell
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