El 23 de febrero se conmemora el 108º aniversario de la
fundación de Rotary Internacional, esta
ONG, la más antigua del planeta, demuestra que cuando un ideal es noble,
humanitario, consistente y propende al bien común, perdura en el tiempo y se
expande sin fronteras.
Rotary es la búsqueda de la perfección humana y del estricto
cumplimiento del ideal de servicio, agrupando en su seno hombres y mujeres de
las más variadas creencias y ocupaciones, y de allí se aprende y practica otro
principio más: la tolerancia y el respeto a quienes piensan distinto. Se
aprende también que nadie es depositario de la verdad absoluta, y en el servir
se obtiene la recompensa que da la satisfacción del deber cumplido.
“Dar de sí antes de pensar en sí” es la máxima que inspira a
sus integrantes para brindar todos sus esfuerzos para el bien de la comunidad,
para la educación, para la salud, para la paz, para el desarrollo humano en
general, y la comprensión mundial.
No se busca una figuración social ni un título honorífico,
sino ocupar un puesto de abnegada lucha, utilizando a ultranza principios
éticos y solidarios.
La amistad, que es la amalgama de los rotarios, fructifica
constantemente en obras a nivel local, nacional y mundial.
El gran esfuerzo a punto de concretarse, es la erradicación
del flagelo de la poliomielitis de nuestro planeta.
Cada aniversario constituye una oportunidad para recordar y
practicar los inspiradores principios que Paul Harris promoviera en la Chicago
de 1905 y el momento propicio para revitalizar nuestro entusiasmo y nuestro
empeño por el progreso y el bien de toda la humanidad.
Comiencen a planear en sus Clubes los eventos conmemorativos
promoviendo las conversaciones sobre la historia y los logros de nuestra
organización.
En esta fecha también se conmemoran las primeras
vacunaciones masivas contra la polio las cuales tuvieron su inicio en
Pittsburgh, Pennsylvania (EE.UU.) en 1954 para extenderse más adelante al resto
del mundo.
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