Una de las mayores
discrepancias en un trabajo en equipo es el manejo del tiempo. Personas
diferentes, enfocan el tiempo de manera diferente. No hay dos iguales: cada una
ve, piensa, actúa y reacciona de modo distinto... y esta "forma de
ser", a menudo nos trae problemas.
Analizando las diferentes "formas de ser" podemos
comprender nuestra relación con el tiempo y la de los demás. Cuatro perfiles de
personalidad nos ayudarán a entender y mejorar el manejo del tiempo; el nuestro
y el de los demás...
Controlador: adora ser líder y posee la capacidad de ceñirse
a las metas prefijadas. Es idóneo para conducir a un equipo a sus objetivos sin
andar con rodeos. Su poder de concentración evita que se interpongan obstáculos
en su camino. Encuentra apasionante mover muchas piezas a la vez. Su meta es
conseguir que las cosas se hagan.
Comunicativo: es persuasivo, entusiasta y sociable. Es
idóneo para crear un clima fértil en el grupo, que permita el desarrollo de
otras actividades y la diversión. Su franqueza ayuda a que todos se sientan
cómodos a su alrededor. Simpatiza con sus colegas y le gusta ayudarlos. Es un
buen conversador. Su meta es disfrutar del trabajo.
Complaciente: es quien brinda apoyo al equipo, despierta
confianza y es leal. Proporciona el cimiento estable que aglutina a todos los
demás miembros. Es muy equilibrado y raramente las cosas "se le van de las
manos". Suele ser una persona muy práctica. Su meta es tomarse las cosas
con calma.
Metódico: es el detallista. Es quien formula las preguntas clave
que impiden cometer errores. Tiene un modo de pensar muy ordenado, lógico y
avanza paso a paso hacia la meta. Pone orden en el equipo. Sabe siempre hacia
dónde se encamina el grupo, cómo progresa y el grado de éxito que obtiene. Su
meta es hacer las cosas bien.
Cada una de estas personalidades contribuye a determinar la
actitud que adoptamos respecto al tiempo y nuestra forma de reaccionar frente a
las limitaciones que éste nos impone. Para algunos, el tiempo es un aliado;
para otros, un enemigo. Para ciertos tipos de personalidad, el tiempo poco
importa.Para otros, importa demasiado.
A continuación, analizaremos cómo enfoca cada personalidad
las seis variables más relevantes (relacionadas a la administración del tiempo)
para el trabajo en equipo:
1) Prioridades
- Controlador: Rechaza las sugerencias que no concuerdan con
los objetivos. Se atiene a los objetivos, aunque no sean realistas. Tiende a
ocuparse de demasiadas cosas a la vez y a subestimar la duración real de las
tareas. Normalmente se compromete demasiado.
- Comunicativo: Prefiere un menor grado de estructura y una
mayor espontaneidad. Fija los objetivos de modo impulsivo, sin ponerlos por
escrito y suele cambiarlos con frecuencia. Suele comprometerse demasiado pero
no vigila los plazos. Difícilmente rechaza una tarea, para no poner en riesgo
la relación.
- Complaciente: Necesita tiempo para considerar las
prioridades. Fija pocos objetivos, en general por temor a las críticas y
permite que los objetivos no cumplidos vayan creando presiones. Trabaja con
lentitud pero con constancia.
- Metódico: Sus prioridades tienden a ser muy detalladas y
elaboradas, probablemente excesivas. Fija objetivos para todo y los enuncia por
escrito. Necesita pruebas de que la tarea obtendrá un buen resultado. Se centra
en los procedimientos y se preocupa si los objetivos no se alcanzan. Tiende a
atascarse en los detalles y con frecuencia no cumple los plazos.
2) Planes
- Controlador: Suele actuar antes de planificar. Tiende a
ser algo desordenado, pero puede mejorar para contribuir a alcanzar más
rápidamente el objetivo. Considera una pérdida de tiempo poner los planes por
escrito.
- Comunicativo: Hace planes muy optimistas y suele actuar
impulsivamente. Aunque parece desordenado, es capaz de trabajar en varias cosas
a la vez. Considera que poner los planes por escrito inhibe la creatividad y
son aburridos. Evita la estructura que exige la planificación.
- Complaciente: Planifica lenta y metódicamente. Necesita
tiempo para pensar las cosas, de lo contrario se confunde. Puede organizarse
mejor si se le apoya y estimula.
- Metódico: Hace planes detallados y elaborados para todo.
Suele organizarse en exceso, más aún si la tarea lo exige. Tiende a destinar
demasiado tiempo a la planificación y poco a la acción.
3) Interrupciones
- Controlador: Por hacer varias cosas a la vez interrumpe
con frecuencia a los demás, aunque no quiere ser interrumpido en sus tareas.
- Comunicativo: Interrumpe a menudo a los demás y no le
molesta que le interrumpan. No le importa tener tiempo libre. El diálogo le
ayuda a encontrar soluciones. Habla y piensa al mismo tiempo.
- Complaciente: Le molestan las interrupciones porque crean
presiones y rompen la armonía. Tiene dificultades para conseguir tiempo libre.
Se abruma si tiene que resolver varias cosas a la vez.
- Metódico: Interrumpe a los demás formulando infinidad de
preguntas sobre los detalles. Le lleva muchísimo tiempo llegar a concretar
cosas. Prefiere trabajar solo.
4) Postergaciones
- Controlador: Posterga los trabajos tediosos o que implican
poco movimiento. Dejará algo que considera aburrido si surge otra cosa más
interesante.
- Comunicativo: Postergará su trabajo para atender una llamada
telefónica y lo justificará diciendo que es importante mantener las relaciones.
- Complaciente: Postergará las tareas que lo sometan a
presión en favor de otras que no lo hagan, aunque tengan menor importancia.
- Metódico: Posterga las decisiones. Tiende a analizar todos
los aspectos de una situación, perdiendo oportunidades a raíz de la demora.
5) Puntualidad
- Controlador: Suele ser puntual, pero se reserva el derecho
de llegar tarde. Es tolerante con sí mismo pero riguroso con los demás.
- Comunicativo: Suele llegar tarde y perdona fácilmente a
quienes se retrasan. Es laxo con sí mismo y con los demás.
- Complaciente: Puede ser puntal o no. Es exigente con sí
mismo y complaciente con los demás.
- Metódico: Casi siempre es muy puntual. Espera que los
demás sean puntuales y no tolera sus retrasos. Es riguroso con sí mismo y con
los demás.
6) Delegación
- Controlador: Delega poca autoridad. Tiende a supervisar
muy de cerca a los demás y a intervenir en la solución de los problemas.
Usurpa, sin quererlo, la autoridad ajena.
- Comunicativo: Es más democrático y comparte la autoridad.
Confía en los demás y no controla. Acepta que deleguen tareas en él, aunque le
sea difícil cumplirlas.
- Complaciente: Comparte gustoso la autoridad si prevalece
la confianza mutua y el riesgo es bajo. Busca la aprobación ajena.
- Metódico: Explica con lujo de detalles cómo deben hacerse
las cosas. Exige informes minuciosos y a menudo se extralimita en su
verificación.
Si su equipo tiene problemas con la administración del
tiempo, piense primero en las diferentes personalidades de sus miembros y
contemple estas diferencias a la hora de implementar soluciones.
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