jueves, 4 de julio de 2013

Cómo cambiar tus creencias


Cómo cambiar tus creencias (II)
Publicado Por Alberto Blázquez Guzmán en mayo 7, 2013 en Cambios de mentalidad, Coaching | 
 




En el artículo anterior, expliqué qué es una creencia y de qué manera afectan a nuestra vida. Una vez hecho esto seguimos con la serie cómo cambiar tus creencias, dando lugar a la explicación de cómo están formadas, ya que desgranando su proceso de construcción sabremos en el futuro cómo sustituirlas por otras.
Mencioné que, En el artículo anterior, expliqué qué es una creencia y de qué manera afectan a nuestra vida. Una vez hecho esto seguimos con la serie cómo cambiar tus creencias, dando lugar a la explicación de cómo están formadas, ya que desgranando su proceso de construcción sabremos en el futuro cómo sustituirlas por otras.
Mencioné que, una creencia es  un sentimiento de certeza sobre algo. Si te paras a pensar alguna creencia limitadora que podría tener una persona, nos podríamos encontrar con alguien que piensa que es introvertido. Lo que realmente nos está diciendo es que tiene un sentimiento  de certeza sobre su introversión, de forma que al tener una predisposición automática hacia la introversión, pone todos sus recursos a favor para que den como resultado una persona introvertida.
En sí el concepto de introversión sin algo que lo sustente, no es nada, tan solo una idea, un pensamiento. Cuando alguien afirma que es introvertido, no está diciendo únicamente eso. Lo que está ocurriendo es que tiene una lista de razones que sustentan su introversión. Para entenderlo mejor, podríamos imaginar una mesa que se llamase introvertido, la parte dónde apoyamos las cosas, ¿Pero, verdad que para decir que realmente es una mesa, necesitamos de las patas que la sustenten?
Así, nos encontraríamos con lo siguiente:

Parte plana de la mesa:
 Introvertido.

Primera pata:
 Mis padres desde pequeño dijeron que yo era introvertido.

Segunda pata:
Nunca he tenido muchos amigos.

Tercera pata:
 Cuando me comparé con mis compañeros de clase era más introvertido que la media.

Cuarta pata:
Personas desconocidas dijeron que era muy tímido.

Y podríamos añadir tantas patas cómo fuesen necesarias para dar la sensación de certeza al concepto de introversión y así hacerlo nuestro. Pero, muy seguramente, nuestro amigo habrá actuado en automatismo sin ser consciente y arrastrado por algunas experiencias que le ocurrieron en determinado momento.
Observando esto, caemos en la cuenta de que podemos crear las creencias que queramos si encontramos las suficientes patas que la soporten. Muchas veces vienen dadas por nuestro entorno, amigos, trabajo, familiares. También sin quererlo llevamos encima nuestra,  creencias que pertenecen a nuestros padres que adoptamos desde muy jóvenes. Otras, sin embargo, vienen dadas por nuestras experiencias vitales, dónde tuvimos una situación con gran emocionalidad y le asignamos una interpretación, dejando huella en cada uno de nosotros. Incluso muchas de nuestras creencias las obtenemos por la lectura, ciertas películas, información, audios, que nos calaron muy hondo.
Ahora que conoces cómo se forma una creencia y con la información del artículo siguiente, tendrás las herramientas necesarias, para hacer y deshacer a tu antojo. Y, sustituir viejas creencias limitantes por otra potenciadoras que van a lograr impulsarte en tu desarrollo como persona.


En el artículo anterior, explicamos de qué forma están formadas las creencias. De manera que, una vez entendido esto podemos ponernos manos a la obra para cambiar de una vez por todas esas creencias que nos están limitando.
Para sustituirlas necesitamos asociar el  suficiente dolor a la creencia actual y llenar de placer a la creencia que queremos tener (explico esto con más detalle en el artículo: La dos grandes fuerzas que mueven nuestra vida) , puesto que si tenemos una creencia sobre algo en concreto, ocurre porque tiene la suficiente intensidad emocional para que queramos mantenerla, pero si nos proponemos llevar a cabo lo dicho podemos sentirnos empujados a sustituirla.
También por otra parte, como comenté,  están compuestas por patas que las sostienen. Pero, cuando tenemos una creencia – por lo general -, no solemos hacernos preguntas ni dudar de ella. Yo te invito a que empieces a cuestionarte esas patas que la sostienen, como escuché decir: Duda hasta de la duda. Hazte preguntas tales como: ¿Y si realmente no fuese cierta? ¿Y si estoy demasiado cerrado a otras perspectivas? ¿Cómo cambiaría mi vida si la sustituyese? La cuestión es que te hagas preguntas que pongan en duda a las patas que mantienen en pie la creencia actual que quieres cambiar. Tú más que nadie, sabes cuales son los puntos débiles de esa creencia que tienes.
Teniendo está información, que nos permite entender  aún más, cómo están reforzadas y de qué manera han conseguido mantenerse en el tiempo. Voy a detallar tres puntos que has de llevar a cabo, de una manera contundente y con un objetivo muy claro:
Primer paso
Si quieres cambiar tu creencia, has de empezar a apoyarte y encontrar referencias que avalen aquello en lo que quieres creer. Si quiero creer en que todo ser humano puede conseguir lo que quiere si se lo propone. Tendré que empezar a escuchar a expertos en el tema, estudios científicos que lo justifiquen, leer relatos de personas inspiradoras que han conseguido sus sueños, me rodearé de gente que han cambiado sus vidas y hablaré del tema con estas personas para reforzar la creencia que quiero tener, ¿me explico? He de poner todo lo que esté en mi mano y que de razón a la creencia que quiero implementar.
Segundo paso
Has de empezar a centrar tu atención en aquellas situaciones, eventos y experiencias de tu vida que simpaticen con tu nueva creencia. Y entonces, hacerte preguntas que quiten valor a la creencia que quieres sustituir.  ¿Conseguiste mejorar en una habilidad? Regodéate en ello y di a ti mismo: ¿ves cómo es posible? ¿Qué hubiese pasado si no hubiese creído que era posible? ¿De qué manera me hubiese limitado la antigua creencia? Encuentra, detecta en tu vida todo pequeño detalle que apunte en la dirección que te interesa. Vuélvete consciente y no permitas divagar a tu mente en otras posibilidades que en el pasado no te ayudaron. Es decir, da con situaciones que justifiquen lo que quieres y hazte preguntas que te hagan ver lo mucho que hubieses perdido con la creencia anterior.
Tercer paso
Las experiencias o situaciones que hayas vivido y refuercen la creencia que quieres tener, has de llenarlas de relevancia emocional. No únicamente en el momento, sino a través de la repetición en la mente. Consiguiendo que, esa trayectoria neuronal se vaya reforzando y cada día te resulte más sencillo acceder a un estado de gran intensidad con situaciones similares que simpatizan con lo que tú crees. Me gustaría dejarte un ejercicio mental para llevarlo a cabo, que expliqué en el artículo: la aplicación de las grandes fuerzas (se encuentra al final),en el cual se detalla paso a paso cómo realizarlo.
Hasta aquí la serie de artículos de cómo cambiar tus creencias. Espero y deseo que este artículo te haya sido de utilidad para empezar a vivir una vida acorde a tu ideal.
Alberto Blazquez Guzman
Coach profesional certificado, experto en Inteligencia Emocional y Practitioner en PNL. Es el creador y propietario de ABCoach. Apasionado del crecimiento y un entusiasta del ser humano, comprometido con el mundo del desarrollo personal y profesional. 

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