El lunes 14 de mayo se conmemora el Día Mundial
de la Hipertensión, es un día señalado e iniciado por la Liga Mundial de
Hipertensión para brindar conocimiento acerca de la mencionada
patología.
Para el doctor Walter Abraham la hipertensión
arterial es “una enfermedad muy frecuente. A medida que envejecemos el riesgo de
ser hipertensos es mayor, pero también está aumentando su prevalencia en niños,
adolescentes y adultos jóvenes. Generalmente no presenta síntomas y muchas veces
pueden pasar años hasta su diagnóstico, generando daños en nuestro organismo.
Por tal motivo, es necesario informarse y educarse acerca de cómo detectar
tempranamente el aumento de las cifras de presión arterial”.
En nuestro país,
el 29% de la población entre 25 y 64 años padece hipertensión arterial. Este
porcentaje oscila entre 45,9% y 81,7% si tomamos en grupo etario comprendido
entre los 65 y 74 años. Según datos ofrecidos por la Sociedad Argentina de
Hipertensión Arterial a través del Colegio de Médicos IX Distrito.
El informe
agrega que lamentablemente, el aumento de niños y adolescentes con sobrepeso y
obesidad, ha llevado al incremento de la frecuencia de hipertensión arterial en
esta población también. El estudio ERICA, llevado a cabo entre los meses de
junio del 2009 y diciembre del 2010, en la ciudad de Batán, evaluó a 1056
adolescentes entre 10 y 17 años inclusive y encontró una prevalencia de
hipertensión del 10,6% y de pre-hipertensión del 4,3%. En dicho estudio se
encontró asociación estadísticamente significativa entre sobrepeso y obesidad
con hipertensión arterial. Cabe destacar que este relevamiento fue realizado por
la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.- Distrito Sudeste.
El
especialista, jerarquizado en Clínica Médica agrega que “en los primeros tiempos
de evolución de la hipertensión, a veces durante años, suele no haber síntomas.
Casi siempre el médico diagnostica la hipertensión durante un examen de rutina.
En muchos casos, el diagnóstico de hipertensión surge porque ha ocurrido daño de
los órganos vitales como el corazón, el riñón o el cerebro. La hipertensión
arterial aumenta el riesgo de padecer infarto de miocardio, accidente
cerebrovascular, e insuficiencia renal. Por ello es muy importante no esperar a
“sentir algo”, sino medirse la presión arterial periódicamente (durante la
consulta al médico o en la farmacia), en especial si usted tiene alguno de los
factores de riesgo antes mencionados”.
Consultado acerca de que es y cuando
existe presión arterial el facultativo la definió como “la fuerza que ejerce la
sangre contra la pared de las arterias cuando es bombeada desde el corazón. Se
mide en milímetros de mercurio (mmHg). Existe una presión arterial sistólica
–popularmente conocida como “la máxima”– y una presión arterial diastólica
–popularmente conocida como “la mínima”–. El valor normal de presión sistólica
es de hasta 129 mmHg y el valor normal de presión diastólica es de hasta 84
mmHg. Estas cifras son las recomendadas en adultos sanos. Se considera presión
arterial limítrofe cuando la presión arterial sistólica se encuentra entre
130-139 mmHg y/o la diastólica entre 85-89 mmHg”. Y agrega que “se considera que
un paciente tiene hipertensión arterial (HTA) cuando el promedio de múltiples
mediciones obtenidas en el consultorio en dos o más visitas, presenta cifras
mayores o iguales de 140/90 mmHg. Otro medio de realizar el diagnóstico de HTA
es a través de la realización de un monitoreo ambulatorio de la presión arterial
(presurometría o MAPA). Si el promedio de las 24 horas es mayor de 130/80 mmHg.
considararemos al paciente como hipertenso”. Además consideró que “existen
recomendaciones para grupos especiales de pacientes, como es el caso de personas
que padecen diabetes, enfermedades cardíacas o renales, o han presentado un
accidente cerebrovascular. En ellas se recomiendan cifras más bajas de presión
arterial como valores máximos aceptables”.
Acerca de las causas de la
hipertensión el doctor Abraham señaló que “existe un gran número de sistemas que
contribuyen a la regulación de la presión arterial, lo que hace difícil
determinar cuáles son los mecanismos involucrados en el aumento de la misma. En
el 90% de los casos no se logra identificar la causa de la enfermedad y se la
llama hipertensión primaria o esencial. La existencia de sobrepeso u obesidad,
el exceso de sal en la dieta, los antecedentes familiares de hipertensión
arterial, la diabetes y el tabaquismo, son factores de riesgo que favorecen el
desarrollo de hipertensión arterial. Cuando la hipertensión es causada por
alguna enfermedad (renal, endócrina, tumores, etc.) medicamento o droga se
denomina hipertensión secundaria”.
Finalmente puntualizó que “el objetivo del
tratamiento es reducir la presión arterial a las cifras normales y mantener
estas cifras estables a través del tiempo. De este modo evitaremos el desarrollo
de daño de órganos vitales. Primeramente es necesario adoptar hábitos de vida
saludables: realizar actividad física, bajar de peso si corresponde y seguir una
dieta con poca sal o empleando sales con bajo sodio; suspender el consumo de
tabaco y moderar la ingesta de alcohol”.
En nuestro país, el 29% de la población entre 25 y 64 años padece hipertensión arterial. Este porcentaje oscila entre 45,9% y 81,7% si tomamos en grupo etario comprendido entre los 65 y 74 años. Según datos ofrecidos por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial a través del Colegio de Médicos IX Distrito.
El informe agrega que lamentablemente, el aumento de niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad, ha llevado al incremento de la frecuencia de hipertensión arterial en esta población también. El estudio ERICA, llevado a cabo entre los meses de junio del 2009 y diciembre del 2010, en la ciudad de Batán, evaluó a 1056 adolescentes entre 10 y 17 años inclusive y encontró una prevalencia de hipertensión del 10,6% y de pre-hipertensión del 4,3%. En dicho estudio se encontró asociación estadísticamente significativa entre sobrepeso y obesidad con hipertensión arterial. Cabe destacar que este relevamiento fue realizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.- Distrito Sudeste.
El especialista, jerarquizado en Clínica Médica agrega que “en los primeros tiempos de evolución de la hipertensión, a veces durante años, suele no haber síntomas. Casi siempre el médico diagnostica la hipertensión durante un examen de rutina. En muchos casos, el diagnóstico de hipertensión surge porque ha ocurrido daño de los órganos vitales como el corazón, el riñón o el cerebro. La hipertensión arterial aumenta el riesgo de padecer infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, e insuficiencia renal. Por ello es muy importante no esperar a “sentir algo”, sino medirse la presión arterial periódicamente (durante la consulta al médico o en la farmacia), en especial si usted tiene alguno de los factores de riesgo antes mencionados”.
Consultado acerca de que es y cuando existe presión arterial el facultativo la definió como “la fuerza que ejerce la sangre contra la pared de las arterias cuando es bombeada desde el corazón. Se mide en milímetros de mercurio (mmHg). Existe una presión arterial sistólica –popularmente conocida como “la máxima”– y una presión arterial diastólica –popularmente conocida como “la mínima”–. El valor normal de presión sistólica es de hasta 129 mmHg y el valor normal de presión diastólica es de hasta 84 mmHg. Estas cifras son las recomendadas en adultos sanos. Se considera presión arterial limítrofe cuando la presión arterial sistólica se encuentra entre 130-139 mmHg y/o la diastólica entre 85-89 mmHg”. Y agrega que “se considera que un paciente tiene hipertensión arterial (HTA) cuando el promedio de múltiples mediciones obtenidas en el consultorio en dos o más visitas, presenta cifras mayores o iguales de 140/90 mmHg. Otro medio de realizar el diagnóstico de HTA es a través de la realización de un monitoreo ambulatorio de la presión arterial (presurometría o MAPA). Si el promedio de las 24 horas es mayor de 130/80 mmHg. considararemos al paciente como hipertenso”. Además consideró que “existen recomendaciones para grupos especiales de pacientes, como es el caso de personas que padecen diabetes, enfermedades cardíacas o renales, o han presentado un accidente cerebrovascular. En ellas se recomiendan cifras más bajas de presión arterial como valores máximos aceptables”.
Acerca de las causas de la hipertensión el doctor Abraham señaló que “existe un gran número de sistemas que contribuyen a la regulación de la presión arterial, lo que hace difícil determinar cuáles son los mecanismos involucrados en el aumento de la misma. En el 90% de los casos no se logra identificar la causa de la enfermedad y se la llama hipertensión primaria o esencial. La existencia de sobrepeso u obesidad, el exceso de sal en la dieta, los antecedentes familiares de hipertensión arterial, la diabetes y el tabaquismo, son factores de riesgo que favorecen el desarrollo de hipertensión arterial. Cuando la hipertensión es causada por alguna enfermedad (renal, endócrina, tumores, etc.) medicamento o droga se denomina hipertensión secundaria”.
Finalmente puntualizó que “el objetivo del tratamiento es reducir la presión arterial a las cifras normales y mantener estas cifras estables a través del tiempo. De este modo evitaremos el desarrollo de daño de órganos vitales. Primeramente es necesario adoptar hábitos de vida saludables: realizar actividad física, bajar de peso si corresponde y seguir una dieta con poca sal o empleando sales con bajo sodio; suspender el consumo de tabaco y moderar la ingesta de alcohol”.
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