La capacidad que tiene la energía para cambiar de
posición o de estado la materia es una de las posibilidades de definición de la
energía. Sin embargo, la designación de un día en el calendario como día mundial
de la energía debe llevarnos a pensar no tanto en su definición sino en cuáles
son sus fuentes, de qué forma la obtenemos, para qué la utilizamos, en
qué cantidades y cuáles son sus consecuencias.
Desde la Revolución Industrial, las principales fuentes de obtención de energía se agrupan dentro de las llamadas tradicionales, madera, hidráulica, y, sobre todo, los combustibles fósiles, ya sea el carbón, el petróleo o el gas natural. De sobra es conocido que estos últimos se explotan mediante minas y canteras en el caso del carbón y en pozos los hidrocarburos.
Las posibilidades energéticas de los combustibles fósiles, la facilidad de explotación, el dominio de las técnicas y las aplicaciones industriales, en el transporte de todo tipo y en el uso doméstico en la calefacción, el agua sanitaria y la cocina, les hicieron imponerse de tal forma que la sociedad desarrollada puede decirse que es energéticamente dependiente, y en algunos casos, hasta límites insospechados.
Sin embargo, la diversificación de los usos de estas fuentes nos plantea graves problemas ambientales en el sistema atmosférico, casi siempre derivados de su combustión por los residuos de dióxido de carbono que emiten, cuando no de su explotación o de su futuro y previsible agotamiento; por lo que se hace preciso tomar conciencia de los problemas y arbitrar las medidas oportunas para paliarlos.
Desde la Revolución Industrial, las principales fuentes de obtención de energía se agrupan dentro de las llamadas tradicionales, madera, hidráulica, y, sobre todo, los combustibles fósiles, ya sea el carbón, el petróleo o el gas natural. De sobra es conocido que estos últimos se explotan mediante minas y canteras en el caso del carbón y en pozos los hidrocarburos.
Las posibilidades energéticas de los combustibles fósiles, la facilidad de explotación, el dominio de las técnicas y las aplicaciones industriales, en el transporte de todo tipo y en el uso doméstico en la calefacción, el agua sanitaria y la cocina, les hicieron imponerse de tal forma que la sociedad desarrollada puede decirse que es energéticamente dependiente, y en algunos casos, hasta límites insospechados.
Sin embargo, la diversificación de los usos de estas fuentes nos plantea graves problemas ambientales en el sistema atmosférico, casi siempre derivados de su combustión por los residuos de dióxido de carbono que emiten, cuando no de su explotación o de su futuro y previsible agotamiento; por lo que se hace preciso tomar conciencia de los problemas y arbitrar las medidas oportunas para paliarlos.
Las soluciones que la sociedad debe encontrar están limitadas en primer lugar a evitar los problemas ambientales que su uso plantea, a reducir el consumo mediante el ahorro personal y colectivo, el uso eficiente de la energía y la sustitución paulatina de los combustibles no renovables por otras fuentes menos o nada contaminantes y fuentes alternativas, renovables. Es el sentido que en nuestra modesta opinión debe tener este día dentro del Calendario Ambiental de 2008.
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