lunes, 20 de mayo de 2013

Crea tu estado de ánimo y modifica la realidad



¿Cómo te sientes ahora? Quizás haya alguna palabra que resuma tu estado de ánimo o tu estado mental. Hay momentos en que sientes euforia, otros sin embargo cansancio, otros ilusión, apatía, felicidad, tranquilidad, … Todos estos estados, que conscientemente se pueden manifestar en tu cuerpo mediante sentimientos o emociones, los has cocinado previamente de forma inconsciente.

¿Cuántas veces has sentido que tu estado de ánimo te lo ha provocado algún evento externo, como por ejemplo un día gris, una melodía que escuchas, o la conversación con alguien? ¿Qué diferencia un día festivo de uno de trabajo para que lo sientas de forma distinta si en realidad el sol sale y se pone igualmente? Estamos tratando con percepciones personales, realidades subjetivas que nada tienen que ver con factores externos, sino con tu propio interior.

El estado de ánimo resume un conjunto de percepciones y evaluaciones que realizas como observador de tu realidad. Por tanto, haciendo ingeniería inversa a los procesos que dan lugar a tu estado de ánimo descubrirás cómo crear tu propio estado de ánimo y por tanto crear una nueva realidad.

El círculo vicioso de la adicción a un estado de ánimo

Los neurocientíficos han demostrado que los síntomas que nuestro cuerpo manifiesta son provocados o desencadenados por nuestros propios pensamientos. El proceso que ocurre en nuestro cerebro de forma muy simplificada es el siguiente:

Centramos nuestra atención en algo a lo que dirigimos nuestros pensamientos.
Dependiendo de lo que pensemos, con qué frecuencia e intensidad, las neuronas del cerebro comparten su información entre sí liberando neurotransmisores, que no sólo construyen nuevas redes neuronales, sino que se pueden distribuir por todo el sistema celular del cuerpo. Hablamos de la adrenalina, dopamina, serotonina, oxitocina,… nombres que seguro que te suenen y que como bien sabes regulan funciones básicas de nuestro cuerpo, como el sueño, la temperatura corporal, la sensación de dolor, etc. Por ejemplo, el simple hecho de que una persona hipocondriaca se concentre en los síntomas que puede llevar asociados una enfermedad, puede que libere sustancias que realmente provoquen dichos síntomas.
Aparecen los síntomas del estado de ánimo en forma de sensaciones, quizá provocando que volvamos a centrarnos en los mismos pensamientos que los originaron, creando así un círculo vicioso.
Dando la vuelta al proceso

Tenemos la capacidad de alterar nuestra composición biológica modificando nuestros pensamientos. Nuestro cerebro procesa millones de impulsos eléctricos y señales bioquímicas cuando pensamos. El simple hecho de fijar la atención en algo provoca reacciones neuronales y desencadena procesos químicos que afectan a todo nuestro cuerpo. Las redes neuronales que construimos en nuestro cerebro perduran más a medida que repetimos un mismo pensamiento, dando lugar a la memoria, el aprendizaje, los hábitos, todo aquello que se queda fijado en nuestro subconsciente.

La plasticidad del cerebro nos permite modificar nuestro estado de ánimo de forma consciente. Aprovechemos esta capacidad innata y demos la vuelta a cualquier círculo vicioso poniéndolo a nuestro favor:

1. Busca aquello que te hace sentir bien

¿Qué es lo que te hace sentir mejor? Si te concentras en revivir esa experiencia, estarás activando las mismas conexiones neuronales en tu cerebro, liberando los mismos neurotransmisores y por tanto creando el estado de ánimo que quieres tener. Traslada los buenos estados de ánimo que vives en unas áreas de tu vida para impulsar otras.

2. Crea el hábito de esperar por lo mejor como si ya lo vivieras

Cuando los resultados no llegan tienes dos opciones: O bien concluyes que nunca llegarán, o bien mantienes la expectación. Cualquiera de las dos opciones vendrá influenciada también por el estado de ánimo que hayas creado. Si consigues reforzar el hábito de mantener la expectación por lo bueno que está por llegar, como si ya lo estuvieras viviendo, tu subconsciente comenzará a buscar patrones de la realidad que satisfagan esas expectativas. La manifestación física de tu realidad comienza por tus pensamientos.

3. Comprueba cómo tu realidad te hace guiños

La realidad que vives la estás generando y modificando tú a medida que observas, evalúas, sientes y creas tus propios estados de ánimo. Cuando te das cuenta de que en la realidad que observas aparecen coincidencias, casualidades o referencias de que son el resultado de haber modificado conscientemente tu estado de ánimo, se completa el círculo virtuoso y consigues un estado de agradecimiento que refuerza aún más tu capacidad como creador.

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Bien, ahora ¿Qué vas a hacer para crear el estado de ánimo que te mereces?

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