¿Cómo te sientes ahora? Quizás haya alguna palabra que
resuma tu estado de ánimo o tu estado mental. Hay momentos en que sientes
euforia, otros sin embargo cansancio, otros ilusión, apatía, felicidad,
tranquilidad, … Todos estos estados, que conscientemente se pueden manifestar
en tu cuerpo mediante sentimientos o emociones, los has cocinado previamente de
forma inconsciente.
¿Cuántas veces has sentido que tu estado de ánimo te lo ha
provocado algún evento externo, como por ejemplo un día gris, una melodía que
escuchas, o la conversación con alguien? ¿Qué diferencia un día festivo de uno
de trabajo para que lo sientas de forma distinta si en realidad el sol sale y
se pone igualmente? Estamos tratando con percepciones personales, realidades
subjetivas que nada tienen que ver con factores externos, sino con tu propio
interior.
El estado de ánimo resume un conjunto de percepciones y
evaluaciones que realizas como observador de tu realidad. Por tanto, haciendo
ingeniería inversa a los procesos que dan lugar a tu estado de ánimo
descubrirás cómo crear tu propio estado de ánimo y por tanto crear una nueva
realidad.
El círculo vicioso de la adicción a un estado de ánimo
Los neurocientíficos han demostrado que los síntomas que
nuestro cuerpo manifiesta son provocados o desencadenados por nuestros propios
pensamientos. El proceso que ocurre en nuestro cerebro de forma muy
simplificada es el siguiente:
Centramos nuestra atención en algo a lo que dirigimos
nuestros pensamientos.
Dependiendo de lo que pensemos, con qué frecuencia e
intensidad, las neuronas del cerebro comparten su información entre sí
liberando neurotransmisores, que no sólo construyen nuevas redes neuronales,
sino que se pueden distribuir por todo el sistema celular del cuerpo. Hablamos
de la adrenalina, dopamina, serotonina, oxitocina,… nombres que seguro que te
suenen y que como bien sabes regulan funciones básicas de nuestro cuerpo, como
el sueño, la temperatura corporal, la sensación de dolor, etc. Por ejemplo, el
simple hecho de que una persona hipocondriaca se concentre en los síntomas que
puede llevar asociados una enfermedad, puede que libere sustancias que
realmente provoquen dichos síntomas.
Aparecen los síntomas del estado de ánimo en forma de
sensaciones, quizá provocando que volvamos a centrarnos en los mismos
pensamientos que los originaron, creando así un círculo vicioso.
Dando la vuelta al proceso
Tenemos la capacidad de alterar nuestra composición
biológica modificando nuestros pensamientos. Nuestro cerebro procesa millones
de impulsos eléctricos y señales bioquímicas cuando pensamos. El simple hecho
de fijar la atención en algo provoca reacciones neuronales y desencadena
procesos químicos que afectan a todo nuestro cuerpo. Las redes neuronales que
construimos en nuestro cerebro perduran más a medida que repetimos un mismo
pensamiento, dando lugar a la memoria, el aprendizaje, los hábitos, todo
aquello que se queda fijado en nuestro subconsciente.
La plasticidad del cerebro nos permite modificar nuestro
estado de ánimo de forma consciente. Aprovechemos esta capacidad innata y demos
la vuelta a cualquier círculo vicioso poniéndolo a nuestro favor:
1. Busca aquello que te hace sentir bien
¿Qué es lo que te hace sentir mejor? Si te concentras en
revivir esa experiencia, estarás activando las mismas conexiones neuronales en
tu cerebro, liberando los mismos neurotransmisores y por tanto creando el
estado de ánimo que quieres tener. Traslada los buenos estados de ánimo que
vives en unas áreas de tu vida para impulsar otras.
2. Crea el hábito de esperar por lo mejor como si ya lo
vivieras
Cuando los resultados no llegan tienes dos opciones: O bien
concluyes que nunca llegarán, o bien mantienes la expectación. Cualquiera de
las dos opciones vendrá influenciada también por el estado de ánimo que hayas
creado. Si consigues reforzar el hábito de mantener la expectación por lo bueno
que está por llegar, como si ya lo estuvieras viviendo, tu subconsciente comenzará
a buscar patrones de la realidad que satisfagan esas expectativas. La
manifestación física de tu realidad comienza por tus pensamientos.
3. Comprueba cómo tu realidad te hace guiños
La realidad que vives la estás generando y modificando tú a
medida que observas, evalúas, sientes y creas tus propios estados de ánimo.
Cuando te das cuenta de que en la realidad que observas aparecen coincidencias,
casualidades o referencias de que son el resultado de haber modificado
conscientemente tu estado de ánimo, se completa el círculo virtuoso y consigues
un estado de agradecimiento que refuerza aún más tu capacidad como creador.
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Bien, ahora ¿Qué vas a hacer para crear el estado de ánimo
que te mereces?
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