Se han hecho algunos experimentos que arrojan resultados tan interesantes como que una persona que camina (ya sea en interior, por ejemplo en una cinta mecánica, o en el exterior) es el doble de creativa que una persona que permanece sentada, estática. Es curioso, sobre todo, el hecho de que la creatividad se impulse igual si caminamos al aire libre que si lo hacemos en una aburrida cinta, así que lo interesante es que el hecho de caminar activa de alguna forma nuestra parte más creativa.
Experimentando con la creatividad
Para poder tener alguna pista sobre alguna mejora en el pensamiento creativo mientras caminamos, o simplemente para ver si existen diferencias en cuanto a cómo pensamos si estamos sentados o estamos activos, caminando, se llevaron a cabo una serie de experimentos controlados.
Los participantes fueron colocados en diferentes condiciones: caminando en interior sobre una cinta, sentados en interior (frente a una pared en blanco), caminando al aire libre o sentados al aire libre empujados en silla de ruedas (para tener el mismo tipo estímulo visual que los que caminaban.
Tres de los experimentos que se hicieron se basaron en el “pensamiento divergente“, que es un proceso de pensamiento que se utiliza para generar ideas creativas explorando múltiples soluciones. En esos experimentos los participantes debían pensar acerca de usos alternativos para determinados objetos. Se les proporcionaron varios conjuntos de tres objetos cada uno, y en cuatro minutos debían decir el máximo de aplicaciones o usos alternativos posible. Se consideró una respuesta innovadora a la que no dijo ningún otro participante, y también se eliminaron los usos no realistas.
Los resultados fueron bastante claros, pues todos los participantes que caminaron antes de la prueba consiguieron sacar al menos una idea innovadora. Como contrapartida, solo el 50% de los participantes que permanecieron sentados tuvieron ideas creativas.
¿Significa que si caminamos regularmente seremos más creativos? No es eso. Simplemente, el acto de caminar durante un tiempo nos permite ser más efectivos en las primeras etapas del proceso creativo. No se han encontrado todavía las razones por las que sucede esto, pero si eres de los que camina sin cesar cuando habla por teléfono, o de los que tienen ideas estupendas mientras están de caminata (pero no llevan nada para anotarlas), aquí tienes un indicio de que, realmente, caminar ayuda a pensar.
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