Para conseguir una vejez con calidad de vida y con
autonomía, hay que tomar medidas desde la niñez
Dieta sana y ejercicio son las dos normas preventivas por
excelencia para envejecer de manera saludable y conservar la autonomía en la
ancianidad. Hay otras medidas que también repercuten en esta etapa, pero estas
dos son las más eficaces. Lo explicaban los expertos consultados por EROSKI
CONSUMER a propósito del Año Internacional del Envejecimiento Activo y la
Solidaridad Intergeneracional 2012, y se recuerda en este artículo que también
insiste en que la instauración de estos hábitos alimenticios y de actividad
física debe realizarse durante los primeros años de vida, o al menos en torno a
los 50 años, para asegurarse una ancianidad con calidad de vida.
Vivir más y mejor es el deseo de cualquier ser humano. Para
lograrlo, hay que tomar medidas desde las primeras etapas de la vida, ya que
repercuten en la senectud. Las dos intervenciones más eficaces para tener un
envejecimiento saludable son: seguir una dieta sana y practicar ejercicio
físico. Así coinciden los expertos entrevistados con motivo del Año
Internacional del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional 2012
y la reciente celebración, el 7 de abril, del Día Mundial de la Salud, que la
Organización Mundial de la Salud ha dedicado al envejecimiento saludable.
Envejecer con ejercicio físico
Para un envejecimiento sano es fundamental seguir una
nutrición equilibrada que no favorezca la obesidad
"El ejercicio físico debe ser de práctica habitual, no
extenuante, de alrededor de 45 minutos al día y puede consistir en caminar a
paso vivo, lo que es estupendo para prevenir el deterioro funcional de la
vejez", afirma Leocadio Rodríguez Mañas, coordinador de la Red de
Investigación Cooperativa en Envejecimiento y Fragilidad (RETICEF) del
Instituto de Salud Carlos III y miembro de la Sociedad Española de Medicina
Geriátrica (SEMEG). "Aunque siempre se habla del ejercicio aeróbico, que
consiste en ir en bicicleta, correr o nadar, también son muy útiles los
pequeños ejercicios de resistencia que se hacen con pesas o mancuernas",
añade.
La cantidad y calidad de la actividad física se puede
adaptar a cada edad y a cada individuo, de manera que "personas de 90 años
pueden practicar ejercicio perfectamente", sostiene este experto.
A medida que se envejece, se deben introducir cambios en la
dieta para adaptarla al gusto de las personas mayores, ya que les cuesta más
captar determinados sabores. "Puede que a los ancianos no les sepan a nada
las comidas sin sal, por lo que no deben seguir dietas hiposódicas, a no ser
que sufran de insuficiencia cardiaca. Es más, sabemos que la mitad de los
pacientes hipertensos no se benefician de la restricción de sal y que las
personas mayores eliminan el sodio por la orina", según Rodríguez Mañas.
Asimismo, se deben fraccionar las comidas. Es preferible que
el anciano tome varias comidas pequeñas al día, que pocas y abundantes, porque
las tolera peor. "Y se le deben evitar los platos grasientos porque le
cuesta más digerirlos", insiste Rodríguez Mañas.
Otro problema común en esta etapa es el estreñimiento. El
especialista explica que se deben aumentar los alimentos con mucho residuo, como
los garbanzos, los espárragos, la verdura o la lechuga. "Los alimentos con
fibra facilitan el tránsito intestinal y mejoran el estreñimiento",
agrega.
Todo cuenta para alcanzar la vejez con salud
Cuanto se haga o se deje de hacer tendrá una repercusión en
la salud futura. "Estas medidas se deben tomar desde siempre, desde que
uno piensa en conservar su salud y no solo a los 70 u 80 años. Es como una
carrera de fondo", señala Trigueros. La instauración de los buenos hábitos
debe realizarse durante los primeros años de vida. Por eso, se debe practicar
actividad física en los primeros 15 o 20 años, porque adquirir luego ese hábito
es muy difícil.
Lo mismo ocurre con los hábitos alimenticios. "Uno come
como ha comido siempre", afirma Rodríguez Mañas. "Para la masa ósea
de la persona adulta, los lácteos que se toman entre los 15 y los 30 años
constituyen una reserva para cuando sea anciano", describe Trigueros.
Envejecer con salud: a los 50 hay que tomar medidas
¿A partir de qué momento en la vida ya no se pueden retrasar
más las medidas para "asegurarse" una etapa anciana con calidad de
vida y con autonomía? Los expertos sitúan la frontera en torno a los 50 años
para ambos sexos.
En el caso de la mujer, porque entra en la menopausia, entre
los 47 y los 52 años, etapa en que comienzan a diagnosticarse enfermedades
vinculadas al aparato locomotor, artrosis u osteoporosis y cardiovasculares,
por los cambios hormonales que sufre.
En el caso del varón, aunque no hay una frontera fisiológica
tan definida, los 50 años se pueden considerar un punto de inflexión porque
alrededor de esa edad empiezan a realizarse los primeros cribados o screening
para detectar cánceres relacionados con el tabaco y, como en las mujeres, se
manifiestan las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la dislipemia o
la diabetes.
Diez mandamientos para alargar la vida
La dieta sana y equilibrada y la actividad física no obran
por sí solas el milagro de una vejez saludable. Hay otras medidas para alargar
la vida y mantener la salud. Este es el decálogo que propone Juan Antonio
Trigueros, de la SEMEG:
1. Seguir una
alimentación sana y hacer ejercicio físico.
2. Aplicar cuidados
vinculados al medio y encaminados a protegerse del cambio climático.
3. Evitar accidentes
laborales o domésticos.
4. Evitar tóxicos
como el tabaco.
5. Tener unas
adecuadas normas de higiene y vestido.
6. Acudir a los
servicios preventivos y estar al día de todas las vacunaciones.
7. Ir a los controles
de salud regulados o pautados, como los cribados y pruebas ginecológicas
(citologías o mamografías).
8. Cumplir bien los
tratamientos para las enfermedades que se tengan.
9. Conservar buenas
pautas de relación familiar, social y laboral para gozar de bienestar mental.
10. Mantenerse activo mentalmente y con ocupaciones vinculadas al ocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario